Publicado por

PROPUESTA DE PROYECTO

.⁠ ⁠Referentes artísticos y educativos en relación con las lecturas

Mi proyecto se apoya en referentes artísticos y educativos que entienden el arte como un proceso social, político y transformador, en línea con los autores y recursos que he consultado. Artistas como Suzanne Lacy, Mónica Mayer y María Gimeno resultan claves porque trabajan desde el feminismo y la participación, otorgando voz a mujeres que históricamente han sido silenciadas. Suzanne Lacy utiliza el arte público para visibilizar vulnerabilidades y generar diálogo social; Mónica Mayer abre espacios donde las mujeres comparten experiencias y cuestionan los roles de género; y María Gimeno reivindica la recuperación de mujeres artistas “borradas” de la historia del arte.

Estos referentes se conectan directamente con las lecturas de Carmen Mörsch, Nora Sternfeld, Helguera y Collados y Rodrigo, quienes entienden la mediación y la educación artística como actos políticos y relacionales. Para ellos, el arte debe activar procesos colectivos, construir comunidad y cuestionar desigualdades. También los textos de Ángela Alberto y Amaya Arriaga sobre la educación artística con perspectiva de género refuerzan la idea de trabajar desde la memoria histórica, la visibilidad y la reparación simbólica.

Por otro lado, la mirada de Carles Yadó sobre generar experiencias sensibles, auténticas y profundamente humanas me aporta una base metodológica centrada en el acompañamiento y la vivencia emocional. En su planteamiento, la función del educador es crear situaciones que permitan conectar con lo esencial; este enfoque es totalmente coherente con el trabajo de arte terapia femenina que deseo desarrollar

⁠Ideas clave, objetivos, metodologías y lenguajes artísticos del proyecto

El concepto central que articula el proyecto es arte terapia femenina, entendida como un espacio seguro donde las mujeres puedan expresar emociones, reconstruir narrativas personales y recuperar su voz a través del arte. Las ideas clave que guían el proyecto son: cuidado, escucha profunda, expresión simbólica, memoria corporal, empoderamiento y participación.

Los objetivos principales son:
1. facilitar un espacio de expresión emocional accesible para todas las mujeres;
2. promover procesos de empoderamiento y reconocimiento personal;
3. utilizar el arte como vía rápida y profunda para expresar aquello que cuesta poner en palabras;
4. acompañar desde una metodología feminista y horizontal;
5. conectar a las participantes con referentes de mujeres artistas que históricamente fueron invisibilizadas.

La metodología se inspira en varias líneas:
• Metodología experiencial (Carles Yadó): generar vivencias significativas donde emoción y creación se entrelacen.
• Mediación artística participativa (Collados y Rodrigo): activar procesos colectivos más que transmitir técnicas.
• Arte relacional (Helguera): construir aprendizaje a partir del encuentro y el diálogo.
• Perspectiva feminista: reconocer el cuerpo, los cuidados y la memoria como espacios de conocimiento.
• Diagnóstico participativo: incluir dinámicas donde las propias mujeres definan su contexto y necesidades.

Los lenguajes artísticos seleccionados —collage, pintura intuitiva, escritura creativa, arte-objeto, fotografía simbólica y pequeñas acciones performativas— se eligen por su capacidad de conectar emoción, cuerpo y memoria, sin exigir habilidades previas. Son lenguajes accesibles, sensibles y transformadores.

⁠Mi posicionamiento conceptual actual

A partir del diálogo entre mis referentes y las lecturas, mi posicionamiento sobre arte y educación ha evolucionado hacia una visión más crítica, feminista y situada. Antes veía el arte sobre todo como una herramienta expresiva, pero ahora lo entiendo como una práctica que puede cuestionar estructuras de poder, generar comunidad y transformar la manera en que las mujeres se relacionan consigo mismas y con su historia.

Concibo el arte como un lenguaje profundo que permite expresar en un día lo que la palabra tardaría años en nombrar; como un espacio político, donde las mujeres pueden salir de las sombras y recuperar su lugar; y como una práctica relacional, que se construye a través del encuentro y la escucha. Desde esta perspectiva, educar mediante el arte es acompañar procesos de reparación, empoderamiento y resignificación personal.

 

 

Debate0en PROPUESTA DE PROYECTO

Deja un comentario